viernes, 9 de enero de 2009

En la escuela de San Pablo



Enviado por Instituto de Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt .



** Con ocasión del Año Paulino, el Instituto José Kentenich, ha publicado un libro cuyo que se ha “impuesto la tarea de investigar científicamente el pensamiento” del P. José kentenich en relación a San Pablo.

El P. Peter Wolf, Rector General del Instituto de Sacerdotes diocesanos de Schoenstatt, es quien como editor de esa publicación a apartado la mayor parte del trabajo de este libro y ha escrito además la introducción, que es el texto que a continuación presentamos, pues creemos puede ser un importante impulso para el comienzo de este año Paulino que se transforma para nosotros también en un “año del Padre fundador”*** 

 “El Papa Benedicto proclamó un año paulino e invitó a la Iglesia católica en todo el mundo, a todos los cristianos, a recordar al gran apóstol de los gentiles. La ocasión para ello son los 2000 años del nacimiento del apóstol Pablo, que según nuevas investigaciones data entre los años 7 y 10 d. C. Esto deberá servir para redescubrir a la persona de Pablo y su mensaje. Muchas posibilidades se presentarán para celebrar este año. Ciento de miles se van a poner en camino hacia San Pablo Extramuros donde se encuentra su sepulcro con su sarcófago, el cual fue redescubierto pocos años atrás y que recientemente fue investigado con intensidad. Muchos van a seguir sus pasos de peregrinación anunciando el Evangelio y visitarán las comunidades fundadas por él. 


Por iniciativa del Vaticano se preparan nuevas ediciones de sus Cartas y de los Hechos de los Apóstoles que hacen referencia a sus viajes y su cautiverio. Muchas facultades de teología y editoriales anunciaron la publicación de nueva literatura paulina. Para la Iglesia Universal y todos los cristianos deberá ser un año dedicado al encuentro con el apóstol de los gentiles y su mensaje. 

El libro que aquí presentamos quiere servir a este objetivo del año paulino, sin embargo, recorre otro camino diferente y original. Presenta textos del P. José Kentenich, fundador del Movimiento Internacional de Schoenstatt, que se refieren a Pablo. En la búsqueda de tales textos resultó cada vez más claro con cuanta intensidad Kentenich se orientó en la persona del apóstol Pablo e inspiró en sus cartas. Guiándose por él elaboró temas centrales de su espiritualidad y los introdujo en su comunidad religiosa. Aquí alguien concurrió a la escuela de Pablo, invitó y condujo a otros a hacer lo mismo. Una y otra vez se encuentran expresiones que reflejan este hecho: „participar en la escuela de Pablo“, „aprender de San Pablo“, „estudiar a Pablo“, „analizar al apóstol de los gentiles“, „Pablo, nuestro maestro“ y otras. 

De esta manera ha surgido un acercamiento a Pablo y sus ideales, original y sugerente. No se trata de una exégesis sobre las Cartas de Pablo en el sentido habitual. Al respecto existen bibliotecas enteras y ellas conservan su importancia. Sin embargo, la evaluación de tales comentarios, según muestra la experiencia, cuesta mucho tiempo y paciencia, hasta que uno se topa con expresiones que de hecho despiertan y fortalecen la vida espiritual. 

Los textos seleccionados en esta colección nos permiten descubrir afirmaciones y contextos en los escritos de San Pablo de mucha importancia. Son temas y pasajes de las Cartas de Pablo que encontraron eco y despertaron vida en la persona del Fundador y en su Movimiento religioso. Son ideales y perspectivas del Pablo de aquel tiempo los que después de 2000 años atrajeron a una personalidad fundadora como Kentenich y lo inspiraron en su anuncio y en su trabajo pedagógico. Las enseñanzas del apóstol de los gentiles fueron para Kentenich el fundamento de la vida espiritual y de la fundación eclesial que surgió bajo su conducción. 

Ya en los albores de su actividad fundadora en 1914, en la Casa de Estudios de Schoenstatt, el joven director espiritual presenta ante los estudiantes de la Congregación al apóstol Pablo como modelo. Evidentemente quiere ganarlos para él y lo llama „uno de los más grandes entre los grandes“, en quien deben „estudiar“, por ejemplo, la virtud del amor fraternal. Quiere ganar para el apóstol de los gentiles y su „amor servicial“ a sus jóvenes, que están en camino de vocación misionera en la comunidad de los palotinos. 

En ocasión de la fundación de la Federación Apostólica en el año 1919, encontramos en las Constituciones a San Pablo como segundo patrón y una frase de sus cartas como lema: „Caritas Christi urget nos. El amor de Cristo nos apremia“ (2 Co 5, 14). Es una expresión que ya Pallotti había hecho del todo suya y que precisamente en el tiempo de fundación siempre tuvo importancia. A mediados de los años 30 (en 1934) se colocó el actual altar en la antigua Capilla de San Miguel y un año y medio más tarde, el 12 de noviembre de 1935, se le agregó una estatua de San Pablo y una de San Pedro sobre el Tabernáculo junto a la imagen de María. Tengo a la vista apuntes del mismo año de „Ejercicios Espirituales sobre la Epístola a los Romanos como escuela superior de redención y del hombre redimido “. 

En ese Retiro (21-27 de julio de 1935) a Kentenich le interesa tomar postura contra la ideología nacionalsocialista de su época, que negaba toda necesidad redentora del hombre y que ponía en ridículo la religión por un orgulloso afán dominador. En los apuntes dice: „En estos días, Pablo debe ser nuestro conductor en el gran mundo del hombre redimido, de la redención“. José Kentenich presenta a Pablo como un guía sabio, elegante y enérgico. Afirma que él tiene vigencia más allá de su muerte: „Él todavía obra a través de sus escritos, su vida, su intercesión.“El Prof. P. Joachim Schmiedl tiene otros apuntes y va a publicar este Retiro en virtud del año paulino.

Otros Ejercicios Espirituales y publicaciones de la década del 30 se inspiran también en gran medida en las Cartas de Pablo, como por ejemplo los Retiros „El Espíritu Santo y el Reino de la Paz” (1930), Las fuentes de la alegría“ (1934/1935) o „Niños ante Dios“ (1937/1938), así como el libro „La santificación de la vida diaria“ (1937), donde la Hna. Annette Nailis recopiló para su publicación conferencias del Fundador. Una y otra vez se puede constatar como Kentenich a partir de Pablo elabora temas fundamentales de la espiritualidad cristiana y los hace comprensibles para sus oyentes. 

Él participó intensivamente en la escuela de San Pablo e invita a sus jóvenes y, más adelante, a sus sacerdotes y Hermanas, a varones y mujeres a concurrir a esta escuela. Pablo es para él aval en importantes cuestiones espirituales. Siempre se orientó por él y recomendó a otros su punto de vista. Él está fascinado por su pensar universal, su estar poseído por Cristo, su conciencia de misión, su compromiso hasta las últimas consecuencias. 

En la siguiente década del 40 crece la cercanía a Pablo a causa de la experiencia de prisión, que José Kentenich y los suyos debieron sentirlo como un paralelo de un destino comparable, semejante al del apóstol. En las cartas escritas desde la cárcel de Coblenza, Calle de los Carmelitas, ya hay referencias en este sentido. El 21 de octubre de 1941, inmediatamente después de las cuatro semanas en el calabozo subterráneo, el Fundador escribe al P. Mühlbeyer: „Además, Pablo recibe como respuesta a la pregunta acerca de lo que debe hacer, la significativa indicación: ‘lo que él debe padecer por mi nombre…’ “ Una carta a la Comunidad de las Hermanas escrita una semana más tarde tiene muchas citas sobre Pablo. Haciendo referencia a la Epístola a los Gálatas, el Fundador escribe que él aprovecha intensamente la posibilidad de hablar a Dios de los hombres „de modo similar a como lo hiciera Pablo (Ga 4, 19)“. Anhela para las Hermanas un fuerte crecimiento hacia „la plena madurez de Cristo“ (Ef 4, 13). Y después escribe: „Junto con Pablo rezo: Por eso doblo mis rodillas ante el Padre …“ Sigue toda la oración de Ef 3, 14-19. 

 

Al final de la carta se encuentra un pasaje que analiza la situación en la cárcel desde la perspectiva de Pablo: „No queremos pertenecer a aquellos que al rezar saben decir mucho sobre la entrega total, pero que luego reúnen todos los caballos del mundo para que tiren del carro de la propia, pequeña vida y lo hagan volver atrás cuando Dios comienza a tomar en serio nuestra oración y hace con nosotros lo que Él quiere. Esto vale especialmente cuando Dios nos lleva a la escuela del sufrimiento. Para Pablo es natural que nosotros, en nuestra calidad de miembros de Cristo, seamos asociados a su pasión, y que el padecimiento no sólo signifique colapso de fuerzas humanas sino también –y sobre todo– surgimiento de fuerzas divinas y, de esa manera, abundante fecundidad de nuestra vida y de nuestro obrar (Col l, 24; 1 Co 4, 9).“ (Carta a la Comunidad de las Hermanas, 28 de octubre de 1941).

Entre las breves noticias escritas desde la cárcel a principios de diciembre de 1941 se halla la significativa nota: „Todos los días leo Flp 1.“ Se trata del comienzo de la Epístola a los Filipenses que Pablo escribió desde la prisión, en la cual reza por su comunidad y expresa una profunda y cordial vinculación a ella. En una tal situación los textos del apóstol resuenan de nuevo, se llenan con su realidad originaria y ganan su antiguo peso.

Después de Navidad de 1941, el Fundador escribe conferencia tras conferencia para un curso de Hermanas de María, que está en vísperas de su consagración y se ha decidido por el Ideal de ‚Sponsa’ [Ideal de Esposa] y se arriesga a enviarlas clandestinamente. Estas conferencias, que luego fueron publicadas con el título „Pensamientos de Sponsa“, contienen la invitación de „ir a la escuela de Pablo“. Con palpable entusiasmo les presenta a las Hermanas la figura de Pablo: „Lo que a Pablo, el hombre con mil corazones, lo hizo extraordinariamente grande, fuerte y fecundo es su I. P. (Ideal Personal): El hombre nuevo en Cristo“. Es una introducción extraordinariamente sugerente en la imagen paulina de Cristo, en su participación en las “facetas alegres y dolorosas de la vida de Jesús.“


A la prisión de Coblenza le sigue la estadía en el campo de concentración de Dachau, donde el Padre Kentenich es ingresado el 13 de marzo de 1942, donde permanecerá prisionero hasta la liberación por parte de los americanos el 6 de abril de 1945. Ya en la primera carta desde el campo de concentración escribe: „Seguramente desde hace tiempo están esperando la primera carta desde mi nuevo hogar. Por eso aprovecho la primera oportunidad para satisfacer ese deseo... ¿Cómo me va? Pablo respondería: ‚Todo lo puedo en Aquel que me da fuerzas’…“ (22 de marzo de 1942). 

Pablo (P) será el seudónimo de José Kentenich en el campo de concentración. En la carta del 19 de abril del mismo año, dice: „Él comprenderá a P. sólo si tiene presente que él vivió y trabajó en una ciudad de paganos, de locos y de muerte...“ Echando una mirada retrospectiva a este tiempo, el Fundador informa: „Todo el campo de concentración estaba rodeado por un gran foso, por alambrados electrificados y además por personal de la SS con perros adiestrados. Enviar una noticia hacia afuera parecía imposible. Por eso, al principio traté de dirigir la Familia únicamente mediante mis cartas legales; éstas se podían enviar sólo cada catorce días. Todo lo que escribí fue un estudio sobre la entrega, la donación y las exigencias de amor perfectas, un estudio sobre la transfiguración para el curso „Transfigurata“. No callé nada. Desde el campo de concentración escribí sobre todo lo posible; escribí lo más posible desde el campo de concentración, naturalmente en forma disimulada: ¡Cartas de Pablo! Todo pasó por manos de la censura. “ (J. Kentenich, Triumph der Bündnistreue [El triunfo de la fidelidad a la alianza], en: Texte zum 20. Januar [Textos sobre el 20 de enero de 1942], tomo II, Sion Patris, Schoenstatt 1973, págs. 199-200). Al mismo tiempo hay textos donde Kentenich reflexiona sobre las diferentes condiciones en la cárcel en tiempos de Pablo y en el campo de concentración. Si se toman en cuenta todas estas referencias aparece con claridad con cuanta fluidez fue sentida y vivida la analogía con Pablo. 

En el tiempo de la prisión de Dachau se funda la Internacional de Schoenstatt, tal como fue proclamada en la tercera Acta de Fundación. Pablo también está muy presente en este acontecimiento, sobre todo donde se trata de la amplitud de la misión para todo el mundo y la creación. En la correspondiente conferencia del 8 de diciembre de 1944, dice: „Del corazón de Pablo se afirma: ‘Cor Pauli cor mundi’, esto quiere decir que el corazón de Pablo abarca con su amor al mundo entero.“ (Documentos de Schoenstatt, pág. 73).

Después del tiempo de Dachau siguen los grandes viajes internacionales en la vida del Fundador. Él está plenamente poseído por su misión, que quiere llevar en estos viajes hasta el último confín de la tierra. Después de estar en Suiza e Italia (1946), vuela a Brasil, Uruguay, Argentina y Chile (1947). Le siguen viajes a Sudáfrica (1947/48) y a Norteamérica (1948), además de nuevas visitas a diferentes países sudamericanos (1948/49). También en esto se podría reconocer un paralelo con los grandes viajes misioneros del apóstol Pablo. 

La Visitación episcopal tiene lugar durante la época de los grandes viajes internacionales. El Fundador recibe un Informe con el resultado de esta Visitación estando en Sudamérica. En respuesta escribe una carta que por ser muy extensa y detallada se la conoce como „Epístola perlonga“. Es muy interesante el hecho de que en los pasajes centrales donde se trata la diferencia entre „pensar orgánico y mecanicista“, redacta un diálogo literario entre representantes de estos dos modos de pensar dándoles el nombre de „Pedro“ y „Pablo“. En esto se ve con claridad que el autor habla poniéndose en el rol de „Pablo“. 

Este nombre se puede comprender si se advierte que en esto se trata nada más y nada menos que de la defensa de su Fundación y misión. La franqueza practicada en esto nos recuerda la franqueza de Pablo, que se enfrentó a Pedro (Cefas) cara a cara, tal como él mismo lo declara en la Epístola a los Gálatas (Ga 2, 11).

Kentenich está dispuesto a sufrir las consecuencias de su amplia y franca respuesta. Por disposición del Santo Oficio debe ir al exilio en los EE.UU., lejos de su amada fundación. Se va por obediencia, sin embargo, sin perder la confianza de que algún día volvería. Poco tiempo después, será director espiritual de la colectividad alemana de la parroquia San Miguel en Milwaukee. Allí predica todos los domingos. Aquí también encontramos reiteradamente la invitación a asistir a la escuela del apóstol Pablo. 

En la celebración de sus 73 años, el Fundador habla a un pequeño círculo de allegados en el Santuario de Schoenstatt local sobre la fundamentación profunda de su íntima cercanía a Pablo y a su misterio de Cristo. Comparándose con Pablo expresa que su misión fue y es proclamar al mundo el misterio de María. Lo considera totalmente unido con el misterio de Cristo, al cual Pablo consagró todas sus fuerzas

 

Dr. Peter Wolf

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