viernes, 9 de enero de 2009

En la escuela de San Pablo



Enviado por Instituto de Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt .



** Con ocasión del Año Paulino, el Instituto José Kentenich, ha publicado un libro cuyo que se ha “impuesto la tarea de investigar científicamente el pensamiento” del P. José kentenich en relación a San Pablo.

El P. Peter Wolf, Rector General del Instituto de Sacerdotes diocesanos de Schoenstatt, es quien como editor de esa publicación a apartado la mayor parte del trabajo de este libro y ha escrito además la introducción, que es el texto que a continuación presentamos, pues creemos puede ser un importante impulso para el comienzo de este año Paulino que se transforma para nosotros también en un “año del Padre fundador”*** 

 “El Papa Benedicto proclamó un año paulino e invitó a la Iglesia católica en todo el mundo, a todos los cristianos, a recordar al gran apóstol de los gentiles. La ocasión para ello son los 2000 años del nacimiento del apóstol Pablo, que según nuevas investigaciones data entre los años 7 y 10 d. C. Esto deberá servir para redescubrir a la persona de Pablo y su mensaje. Muchas posibilidades se presentarán para celebrar este año. Ciento de miles se van a poner en camino hacia San Pablo Extramuros donde se encuentra su sepulcro con su sarcófago, el cual fue redescubierto pocos años atrás y que recientemente fue investigado con intensidad. Muchos van a seguir sus pasos de peregrinación anunciando el Evangelio y visitarán las comunidades fundadas por él. 


Por iniciativa del Vaticano se preparan nuevas ediciones de sus Cartas y de los Hechos de los Apóstoles que hacen referencia a sus viajes y su cautiverio. Muchas facultades de teología y editoriales anunciaron la publicación de nueva literatura paulina. Para la Iglesia Universal y todos los cristianos deberá ser un año dedicado al encuentro con el apóstol de los gentiles y su mensaje. 

El libro que aquí presentamos quiere servir a este objetivo del año paulino, sin embargo, recorre otro camino diferente y original. Presenta textos del P. José Kentenich, fundador del Movimiento Internacional de Schoenstatt, que se refieren a Pablo. En la búsqueda de tales textos resultó cada vez más claro con cuanta intensidad Kentenich se orientó en la persona del apóstol Pablo e inspiró en sus cartas. Guiándose por él elaboró temas centrales de su espiritualidad y los introdujo en su comunidad religiosa. Aquí alguien concurrió a la escuela de Pablo, invitó y condujo a otros a hacer lo mismo. Una y otra vez se encuentran expresiones que reflejan este hecho: „participar en la escuela de Pablo“, „aprender de San Pablo“, „estudiar a Pablo“, „analizar al apóstol de los gentiles“, „Pablo, nuestro maestro“ y otras. 

De esta manera ha surgido un acercamiento a Pablo y sus ideales, original y sugerente. No se trata de una exégesis sobre las Cartas de Pablo en el sentido habitual. Al respecto existen bibliotecas enteras y ellas conservan su importancia. Sin embargo, la evaluación de tales comentarios, según muestra la experiencia, cuesta mucho tiempo y paciencia, hasta que uno se topa con expresiones que de hecho despiertan y fortalecen la vida espiritual. 

Los textos seleccionados en esta colección nos permiten descubrir afirmaciones y contextos en los escritos de San Pablo de mucha importancia. Son temas y pasajes de las Cartas de Pablo que encontraron eco y despertaron vida en la persona del Fundador y en su Movimiento religioso. Son ideales y perspectivas del Pablo de aquel tiempo los que después de 2000 años atrajeron a una personalidad fundadora como Kentenich y lo inspiraron en su anuncio y en su trabajo pedagógico. Las enseñanzas del apóstol de los gentiles fueron para Kentenich el fundamento de la vida espiritual y de la fundación eclesial que surgió bajo su conducción. 

Ya en los albores de su actividad fundadora en 1914, en la Casa de Estudios de Schoenstatt, el joven director espiritual presenta ante los estudiantes de la Congregación al apóstol Pablo como modelo. Evidentemente quiere ganarlos para él y lo llama „uno de los más grandes entre los grandes“, en quien deben „estudiar“, por ejemplo, la virtud del amor fraternal. Quiere ganar para el apóstol de los gentiles y su „amor servicial“ a sus jóvenes, que están en camino de vocación misionera en la comunidad de los palotinos. 

En ocasión de la fundación de la Federación Apostólica en el año 1919, encontramos en las Constituciones a San Pablo como segundo patrón y una frase de sus cartas como lema: „Caritas Christi urget nos. El amor de Cristo nos apremia“ (2 Co 5, 14). Es una expresión que ya Pallotti había hecho del todo suya y que precisamente en el tiempo de fundación siempre tuvo importancia. A mediados de los años 30 (en 1934) se colocó el actual altar en la antigua Capilla de San Miguel y un año y medio más tarde, el 12 de noviembre de 1935, se le agregó una estatua de San Pablo y una de San Pedro sobre el Tabernáculo junto a la imagen de María. Tengo a la vista apuntes del mismo año de „Ejercicios Espirituales sobre la Epístola a los Romanos como escuela superior de redención y del hombre redimido “. 

En ese Retiro (21-27 de julio de 1935) a Kentenich le interesa tomar postura contra la ideología nacionalsocialista de su época, que negaba toda necesidad redentora del hombre y que ponía en ridículo la religión por un orgulloso afán dominador. En los apuntes dice: „En estos días, Pablo debe ser nuestro conductor en el gran mundo del hombre redimido, de la redención“. José Kentenich presenta a Pablo como un guía sabio, elegante y enérgico. Afirma que él tiene vigencia más allá de su muerte: „Él todavía obra a través de sus escritos, su vida, su intercesión.“El Prof. P. Joachim Schmiedl tiene otros apuntes y va a publicar este Retiro en virtud del año paulino.

Otros Ejercicios Espirituales y publicaciones de la década del 30 se inspiran también en gran medida en las Cartas de Pablo, como por ejemplo los Retiros „El Espíritu Santo y el Reino de la Paz” (1930), Las fuentes de la alegría“ (1934/1935) o „Niños ante Dios“ (1937/1938), así como el libro „La santificación de la vida diaria“ (1937), donde la Hna. Annette Nailis recopiló para su publicación conferencias del Fundador. Una y otra vez se puede constatar como Kentenich a partir de Pablo elabora temas fundamentales de la espiritualidad cristiana y los hace comprensibles para sus oyentes. 

Él participó intensivamente en la escuela de San Pablo e invita a sus jóvenes y, más adelante, a sus sacerdotes y Hermanas, a varones y mujeres a concurrir a esta escuela. Pablo es para él aval en importantes cuestiones espirituales. Siempre se orientó por él y recomendó a otros su punto de vista. Él está fascinado por su pensar universal, su estar poseído por Cristo, su conciencia de misión, su compromiso hasta las últimas consecuencias. 

En la siguiente década del 40 crece la cercanía a Pablo a causa de la experiencia de prisión, que José Kentenich y los suyos debieron sentirlo como un paralelo de un destino comparable, semejante al del apóstol. En las cartas escritas desde la cárcel de Coblenza, Calle de los Carmelitas, ya hay referencias en este sentido. El 21 de octubre de 1941, inmediatamente después de las cuatro semanas en el calabozo subterráneo, el Fundador escribe al P. Mühlbeyer: „Además, Pablo recibe como respuesta a la pregunta acerca de lo que debe hacer, la significativa indicación: ‘lo que él debe padecer por mi nombre…’ “ Una carta a la Comunidad de las Hermanas escrita una semana más tarde tiene muchas citas sobre Pablo. Haciendo referencia a la Epístola a los Gálatas, el Fundador escribe que él aprovecha intensamente la posibilidad de hablar a Dios de los hombres „de modo similar a como lo hiciera Pablo (Ga 4, 19)“. Anhela para las Hermanas un fuerte crecimiento hacia „la plena madurez de Cristo“ (Ef 4, 13). Y después escribe: „Junto con Pablo rezo: Por eso doblo mis rodillas ante el Padre …“ Sigue toda la oración de Ef 3, 14-19. 

 

Al final de la carta se encuentra un pasaje que analiza la situación en la cárcel desde la perspectiva de Pablo: „No queremos pertenecer a aquellos que al rezar saben decir mucho sobre la entrega total, pero que luego reúnen todos los caballos del mundo para que tiren del carro de la propia, pequeña vida y lo hagan volver atrás cuando Dios comienza a tomar en serio nuestra oración y hace con nosotros lo que Él quiere. Esto vale especialmente cuando Dios nos lleva a la escuela del sufrimiento. Para Pablo es natural que nosotros, en nuestra calidad de miembros de Cristo, seamos asociados a su pasión, y que el padecimiento no sólo signifique colapso de fuerzas humanas sino también –y sobre todo– surgimiento de fuerzas divinas y, de esa manera, abundante fecundidad de nuestra vida y de nuestro obrar (Col l, 24; 1 Co 4, 9).“ (Carta a la Comunidad de las Hermanas, 28 de octubre de 1941).

Entre las breves noticias escritas desde la cárcel a principios de diciembre de 1941 se halla la significativa nota: „Todos los días leo Flp 1.“ Se trata del comienzo de la Epístola a los Filipenses que Pablo escribió desde la prisión, en la cual reza por su comunidad y expresa una profunda y cordial vinculación a ella. En una tal situación los textos del apóstol resuenan de nuevo, se llenan con su realidad originaria y ganan su antiguo peso.

Después de Navidad de 1941, el Fundador escribe conferencia tras conferencia para un curso de Hermanas de María, que está en vísperas de su consagración y se ha decidido por el Ideal de ‚Sponsa’ [Ideal de Esposa] y se arriesga a enviarlas clandestinamente. Estas conferencias, que luego fueron publicadas con el título „Pensamientos de Sponsa“, contienen la invitación de „ir a la escuela de Pablo“. Con palpable entusiasmo les presenta a las Hermanas la figura de Pablo: „Lo que a Pablo, el hombre con mil corazones, lo hizo extraordinariamente grande, fuerte y fecundo es su I. P. (Ideal Personal): El hombre nuevo en Cristo“. Es una introducción extraordinariamente sugerente en la imagen paulina de Cristo, en su participación en las “facetas alegres y dolorosas de la vida de Jesús.“


A la prisión de Coblenza le sigue la estadía en el campo de concentración de Dachau, donde el Padre Kentenich es ingresado el 13 de marzo de 1942, donde permanecerá prisionero hasta la liberación por parte de los americanos el 6 de abril de 1945. Ya en la primera carta desde el campo de concentración escribe: „Seguramente desde hace tiempo están esperando la primera carta desde mi nuevo hogar. Por eso aprovecho la primera oportunidad para satisfacer ese deseo... ¿Cómo me va? Pablo respondería: ‚Todo lo puedo en Aquel que me da fuerzas’…“ (22 de marzo de 1942). 

Pablo (P) será el seudónimo de José Kentenich en el campo de concentración. En la carta del 19 de abril del mismo año, dice: „Él comprenderá a P. sólo si tiene presente que él vivió y trabajó en una ciudad de paganos, de locos y de muerte...“ Echando una mirada retrospectiva a este tiempo, el Fundador informa: „Todo el campo de concentración estaba rodeado por un gran foso, por alambrados electrificados y además por personal de la SS con perros adiestrados. Enviar una noticia hacia afuera parecía imposible. Por eso, al principio traté de dirigir la Familia únicamente mediante mis cartas legales; éstas se podían enviar sólo cada catorce días. Todo lo que escribí fue un estudio sobre la entrega, la donación y las exigencias de amor perfectas, un estudio sobre la transfiguración para el curso „Transfigurata“. No callé nada. Desde el campo de concentración escribí sobre todo lo posible; escribí lo más posible desde el campo de concentración, naturalmente en forma disimulada: ¡Cartas de Pablo! Todo pasó por manos de la censura. “ (J. Kentenich, Triumph der Bündnistreue [El triunfo de la fidelidad a la alianza], en: Texte zum 20. Januar [Textos sobre el 20 de enero de 1942], tomo II, Sion Patris, Schoenstatt 1973, págs. 199-200). Al mismo tiempo hay textos donde Kentenich reflexiona sobre las diferentes condiciones en la cárcel en tiempos de Pablo y en el campo de concentración. Si se toman en cuenta todas estas referencias aparece con claridad con cuanta fluidez fue sentida y vivida la analogía con Pablo. 

En el tiempo de la prisión de Dachau se funda la Internacional de Schoenstatt, tal como fue proclamada en la tercera Acta de Fundación. Pablo también está muy presente en este acontecimiento, sobre todo donde se trata de la amplitud de la misión para todo el mundo y la creación. En la correspondiente conferencia del 8 de diciembre de 1944, dice: „Del corazón de Pablo se afirma: ‘Cor Pauli cor mundi’, esto quiere decir que el corazón de Pablo abarca con su amor al mundo entero.“ (Documentos de Schoenstatt, pág. 73).

Después del tiempo de Dachau siguen los grandes viajes internacionales en la vida del Fundador. Él está plenamente poseído por su misión, que quiere llevar en estos viajes hasta el último confín de la tierra. Después de estar en Suiza e Italia (1946), vuela a Brasil, Uruguay, Argentina y Chile (1947). Le siguen viajes a Sudáfrica (1947/48) y a Norteamérica (1948), además de nuevas visitas a diferentes países sudamericanos (1948/49). También en esto se podría reconocer un paralelo con los grandes viajes misioneros del apóstol Pablo. 

La Visitación episcopal tiene lugar durante la época de los grandes viajes internacionales. El Fundador recibe un Informe con el resultado de esta Visitación estando en Sudamérica. En respuesta escribe una carta que por ser muy extensa y detallada se la conoce como „Epístola perlonga“. Es muy interesante el hecho de que en los pasajes centrales donde se trata la diferencia entre „pensar orgánico y mecanicista“, redacta un diálogo literario entre representantes de estos dos modos de pensar dándoles el nombre de „Pedro“ y „Pablo“. En esto se ve con claridad que el autor habla poniéndose en el rol de „Pablo“. 

Este nombre se puede comprender si se advierte que en esto se trata nada más y nada menos que de la defensa de su Fundación y misión. La franqueza practicada en esto nos recuerda la franqueza de Pablo, que se enfrentó a Pedro (Cefas) cara a cara, tal como él mismo lo declara en la Epístola a los Gálatas (Ga 2, 11).

Kentenich está dispuesto a sufrir las consecuencias de su amplia y franca respuesta. Por disposición del Santo Oficio debe ir al exilio en los EE.UU., lejos de su amada fundación. Se va por obediencia, sin embargo, sin perder la confianza de que algún día volvería. Poco tiempo después, será director espiritual de la colectividad alemana de la parroquia San Miguel en Milwaukee. Allí predica todos los domingos. Aquí también encontramos reiteradamente la invitación a asistir a la escuela del apóstol Pablo. 

En la celebración de sus 73 años, el Fundador habla a un pequeño círculo de allegados en el Santuario de Schoenstatt local sobre la fundamentación profunda de su íntima cercanía a Pablo y a su misterio de Cristo. Comparándose con Pablo expresa que su misión fue y es proclamar al mundo el misterio de María. Lo considera totalmente unido con el misterio de Cristo, al cual Pablo consagró todas sus fuerzas

 

Dr. Peter Wolf

SAN PABLO Y EL PADRE KENTENICH


Cuando en la época del régimen nazi el Padre Kentenich fue tomado prisionero y llevado al campo de concentración, el destino de San Pablo fue la clave para comprenderlo, tanto para él como para los suyos.
Desde la prisión mantuvo el contacto y además confió en que este tiempo sería fecundo para los suyos, como San Pablo lo había hecho.
La epístola que San Pablo escribió a los filipenses desde la cárcel cobró un nuevo y actual tono para el Padre Kentenich y sus seguidores y les ayudó a ambos a comprender la voluntad de Dios en esos difíciles momentos. No sin motivo el Padre Kentenich eligió como alias el nombre “Paulus” durante su estadía en Dachau.
No era un nombre elegido casualmente o por gusto, para sortear el control de la censura del correo que hacían la SS y la Gestapo. En ese tiempo las epístolas de San Pablo cobraron una peculiar densidad y cercanía. La escuela del apóstol Pablo tuvo una actualidad sensible y una concreta realidad.
En esta época surgió más y más una profunda vinculación, tal como la que se desarrolló en torno a San Pablo. Él no fue para sus comunidades solamente un maestro y un mediador de conocimientos, sino alguien que se comprometió con ellos como un padre y como una madre. San Pablo conoce la diferencia entre los incontables maestros y los pocos padres en Cristo (Cfr. 1 Corintios 4, 15). Él se sabe padre de sus comunidades. San Pablo se arroga el derecho de sufrir, por los que le están confiados, los dolores de parto de una madre (Cfr. Gálatas 4, 19).
Son muchos los que comprendieron, en torno a la persona de nuestro Padre y Fundador, de qué hablaba San Pablo y cuán en serio se podía tomar su palabra. La vida del propio Fundador y la semejanza de su destino y de su compromiso con el de San Pablo, será para muchos un acceso vivo al gran apóstol ante los 2000 años de su nacimiento, que ahora celebramos.
(De la prédica de Mons. Peter Wolf, en ocasión de la apertura en Schoenstatt, Alemania, del Año Jubilar de San Pablo)

Benedicto XVI: san Pablo estaba en comunión con el resto de los Apóstoles


CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 24 de septiembre, 2008 (ZENIT.org).-  
 


La importancia que concede en sus cartas a la Tradición viva de la Iglesia "demuestra cuán equivocada está la visión de quienes atribuyen a Pablo el invento del cristianismo", explicó este miércoles Benedicto XVI durante la audiencia general.

El Papa dedicó la catequesis por quinta vez a la figura del apóstol san Pablo, en esta ocasión, en relación con los Doce y con la Iglesia de Jerusalén. La audiencia tuvo lugar en la Plaza de San Pedro, y en ella participaron cerca de 15.000 peregrinos de los cinco continentes, entre ellos varios grupos procedentes de Europa del Este y de Oceanía.

Según explicó Benedicto XVI, la relación entre Pablo y el resto de los apóstoles "estuvieron siempre marcadas por un profundo respeto y por la franqueza que en Pablo derivaba de la defensa de la verdad del Evangelio". 

Destacó especialmente la relación con Pedro, a quien consultó durante quince días sobre la vida terrena de Jesús.

Según el Papa, Pablo transmite fielmente en sus Cartas las dos fórmulas fundamentales de la tradición viva de la Iglesia, que son el anuncio de la Resurrección y la Eucaristía.

Estas fórmulas, que contienen las palabras de Jesús en la Última Cena y la enumeración de las apariciones del Resucitado, "son elementos constitutivos y conciernen a la Eucaristía y a la Resurrección; se trata de textos ya formulados en los años treinta".

"Él los transmite verbalmente, tal y como los ha recibido, con una fórmula muy solemne: "Os transmito cuanto he recibido". Insiste por tanto en la fidelidad a cuanto él mismo ha recibido y fielmente transmite a los nuevos cristianos", añadió el Papa. 

Además, ambas fórmulas constituyen también el nudo de la teología paulina, explicó, pues las palabras de Jesús en la Última Cena "son realmente para Pablo centro de la vida de la Iglesia".  
  San Pablo y san Pedro (Icono)


"De este centro eucarístico, del que nace siempre de nuevo la Iglesia -también para toda la teología de Pablo, para todo su pensamiento- estas palabras tienen un notable impacto sobre la relación personal de Pablo con Jesús". 

El otro texto, sobre la Resurrección, nos transmite de nueva la misma fórmula de fidelidad. San Pablo escribe: "Os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se apareció a Cefas y luego a los Doce". 

Al incluir su propia experiencia en el camino de Damasco, Pablo "subraya la identidad y la unicidad del anuncio del Evangelio: tanto ellos como yo predicamos la misma fe, el mismo Evangelio de Jesucristo muerto y resucitado que se entrega en la Santísima Eucaristía", añadió el Papa. 

Por tanto, explicó, la importancia que Pablo confiere a la Tradición viva de la Iglesia "demuestra cuán equivocada está la visión de quienes atribuyen a Pablo el invento del cristianismo: antes de proclamar el evangelio de Jesucristo, le ha encontrado en el camino de Damasco y lo ha conocido en la Iglesia". 

"Cuanto más intentamos seguir las huellas de Jesús de Nazaret por los caminos de Galilea, tanto más podemos comprender que él ha tomado a cargo nuestra humanidad, compartiéndola en todo excepto en el pecado. Nuestra fe no nace de un mito, ni de una idea, sino del encuentro con el Resucitado, en la vida de la Iglesia", concluyó el Papa.

Ver el texto completo:  http://www.primeroscristianos.com/catequesis_san_pablo/completo5.pdf

Interesante aporte :Carta a la Familia Argentina Julio 2008


Queridos hermanos de Alianza: 

El pasado 29 de junio el Papa Benedicto abrió el Año Paulino en conmemoración de los 2000 años del nacimiento de San Pablo.

El apóstol Pablo, el último de los apóstoles del Señor, es considerado uno de los mayores evangelizadores de todos los tiempos. Pero ¿en qué radicaba el misterio de su misión? Por su propio testimonio sabemos que no estaba en su oratoria o en su presencia. De hecho, conforme afirmaban algunos de la comunidad de Corinto "tenía poca presencia y era un pobre orador" (Cf. 2Cor 10,10).

Pablo se distinguía por el "conocimiento" (2Cor 11,6). En esto estaba la "diferencia" de su predicación con la de los charlatanes. Este conocimiento del que habla no se reduce a su formación intelectual sino que se refiere a su "experiencia personal" de Jesucristo. 


Respecto a la formación intelectual, Pablo llevaba consigo un bagaje cultural que incluía un conocimiento profundo de la tradición judía y nociones de la filosofía y religión griega de su tiempo. Sin embargo, la experiencia que hizo en el camino de Damasco, conocida como "conversión", marcó profundamente su vida, más que todos los estudios y prácticas religiosas.

Fue en el camino de Damasco que empezó su gran transformación interior. El perseguidor radical de los cristianos tiene un "encuentro" con Jesucristo que lo hace caer por tierra, justamente cuando perseguía a los cristianos. Según la narración de los Hechos de los Apóstoles, Pablo queda ciego por esta experiencia. El Señor lo manda a Ananias, quien lo acoge y tiene una visión en la cual el mismo Señor le hace una afirmación sobre el Apóstol: "ése es mi instrumento elegido para difundir mi nombre entre paganos, reyes y israelitas" (Hech 9,15). Al cabo de un tiempo Pablo recobra la vista, como símbolo de la nueva forma de ver la vida en y desde Cristo.

Pablo pasa de ser "perseguidor" de cristianos a ser "seguidor" de Cristo, su discípulo y misionero. De la conversión nace la misión en cuyo fundamento está una convicción: "sé en quién he puesto mi confianza" (2Tim 1,12). La motivación y el contenido del anuncio de Pablo es la fe en Jesucristo y el vínculo - amor total a Él, a punto de decir: "ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Y mientras vivo en esta carne mortal, vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí" (Gal 2,20). 

Como Movimiento apostólico, Schoenstatt está vinculado desde el principio con el apóstol de las gentes. Ya los primeros estatutos de la Congregación mariana y también los de la Federación apostólica mencionan a San Pablo como su patrono. 

Desde 1935 la expresión visible de esto son las estatuas de los apóstoles San Pedro y San Pablo que desde entonces adornan el altar del Santuario, y que actualmente se encuentran en todos los Santuarios filiales del mundo. El P. Kentenich desarrolló innumerables temas centrales de nuestra espiritualidad inspirado por las enseñanzas de San Pablo, como ser el Hombre Nuevo en Cristo; la fe práctica en la Divina Providencia; la incorporación, pertenencia y membralidad en Cristo; y especialmente el espíritu apostólico y misionero que debe impulsarnos a los cristianos. Al respecto nos dice San Pablo: "Predicar el Evangelio no es para mí ningún motivo de gloria; es más bien un deber que me incumbe. Y ¡ay de mí si no predicara el Evangelio!" (1 Cor. 9, 16).

¡Qué gran regalo del Espíritu Santo es este año paulino! El Papa nos invita a descubrir a Cristo, seguirlo y anunciarlo con el amor y la pasión de San Pablo. Como él también queremos mirar nuestro tiempo con ojos críticos y ayudar a construir nuestra sociedad con los altos valores de la verdad, la justicia, la solidaridad y el amor en Cristo. 

¿Qué nos diría San Pablo si hoy caminara en nuestro país ? 

- Ante el comercio de voluntades en la política  nos diría: "No se engañen; de Dios nadie se burla. Pues lo que uno siembre, eso cosechará: el que siembre en su carne, de la carne cosechará corrupción; el que siembre en el espíritu, del espíritu cosechará vida eterna". (Gal. 6, 7-8)

- A los que viven de la mentira y el robo les diría: "Por tanto, desechando la mentira, cada cual hable con verdad con su prójimo, pues somosmiembros los unos de los otros. El que robaba, que ya no robe, sino que trabaje con sus manos, haciendo algo útil para que pueda hacer partícipe al que se halle en necesidad". (Ef. 4, 26-28)

- A los que promueven la confrontación y la desunión les diría: "No salga de la boca de ustedes palabra dañosa, sino la que sea conveniente para edificar según la necesidad y hacer el bien a los que os escuchen. Que desaparezca de entre ustedes toda acritud, ira, cólera, gritos, maledicencia y cualquier clase de maldad, sean más bien buenos entre ustedes, entrañables, perdonándose mutuamente como los perdonó Dios en Cristo Jesús". (Ef. 4, 31-32)


- Ante los que se cansan de luchar les diría: "No nos cansemos de obrar el bien; que a su tiempo nos vendrá la cosecha si no desfallecemos". (Gal. 6, 9) 

Queridos hermanos en la Alianza, como discípulos y misioneros de Cristo sigamos construyendo en nuestro ambiente la cultura de la Alianza y del encuentro. Pongamos nuestra mirada en Cristo y escuchemos estas palabras de San Pablo, que después de casi 2000 años, siguen despertando la fe, anunciando la esperanza y conservando gran actualidad y fuerza profética. 

Reciban un cordial saludo y bendición en el día de Alianza,



P. Javier Arteaga

El año paulino, una oportunidad misionera


Superior de Schoenstatt:
Entrevista con monseñor Peter Wolf, director general de los sacerdotes diocesanos

BERLÍN, viernes, 27 julio 2008 (ZENIT.org).- El 28 de junio, víspera de la fiesta de San Pedro y San Pablo, se abrirá el año paulino en Roma y en las Iglesias locales. También en Schoenstatt habrá una celebración en la que dará un testimonio de Michael Brand, diputado de la cámara baja del parlamento alemán.

Lo ha titulado "Con San Pablo en el Areópago. Fe y vida pública". Monseñor Peter Wolf es uno de los organizadores de esta vigilia de apertura.

Hemos conversado sobre el significado del año paulino con monseñor Wolf, director general del Instituto de los Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt.

Alemán, nacido en 1947, el prelado tiene un doctorado en teología y es autor de varios libros sobre la oración, temas bíblicas, y la misión pos-conciliar de la iglesia. Tambien es conocido por sus amplios estudios de la herencia teológica del Padre Josef Kentenich, fundador de Schoenstatt.

--En la víspera de la fiesta de los apóstoles Pedro y Pablo se abrirá el año paulino. ¿Qué significa para la Iglesia este año dedicado a San Pablo?




--Hace ya un año que el Santo Padre Benedicto XVI ha invitado a celebrar un año del apóstol Pablo. El motivo es recordar los dos mil años del nacimiento del apóstol de las gentes, que según se ha investigado, ocurrió entre 7 y 10 años después del de Cristo. Con San Pablo, la Iglesia recuerda y celebra un testigo y heraldo decisivo de sus comienzos. En la víspera de la fiesta de San Pedro y San Pablo, el Santo Padre abrirá solemnemente el año jubilar en la basílica de San Pablo Extramuros. En esta vigilia festiva encenderá una llama en la tumba del apóstol, la que deberá arder durante todo este año. Además se ha pensado en no abrir la "Puerta santa" de los años santos, sino la que está enfrente: la "Puerta ecuménica".




--También en Schoenstatt habrá una ceremonia de apertura del año paulino. ¿Qué vinculación tiene Schoenstatt con el apóstol de las gentes y por qué es importante para Schoenstatt celebrar adecuadamente este año paulino?




--Como Movimiento apostólico, Schoenstatt está vinculado desde el principio con el apóstol de las gentes. Ya los primeros estatutos de la Congregación mariana y también los de la Federación apostólica mencionan a San Pablo como patrono. Desde 1935 la expresión visible de esto son las estatuas de los apóstoles que desde entonces adornan el altar del Santuario, y que actualmente se encuentran en todos los Santuarios filiales del mundo.




--¿Qué forma se le ha dado a la ceremonia de apertura del año paulino en Schoenstatt, y en cuales otras áreas pondrá Schoenstatt el acento en el sentido de este año dedicado a San Pablo?




--Una hora y media después de la celebración en Roma, a las 19.30, comenzará en Schoenstatt el año paulino con una solemne vigilia en la
Iglesia de los peregrinos. El director del Movimiento ha invitado a dar
un testimonio al Sr. Michael Brand, diputado de la cámara baja del parlamento alemán, que es un cristiano comprometido en el área de la vida pública. Yo debo expresar, del lado de Schoenstatt, lo que significó San Pablo para nuestro Fundador. Como símbolo de esta apertura del año paulino, durante la celebración se encenderá un gran cirio ante una imagen del apóstol de las gentes. Estoy convencido que el Movimiento internacional de Schoenstatt aceptará -- en muchos lugares - la invitación del Santo Padre para celebrar este año paulino. El Movimiento lleva en la sangre demasiado del ideario de San Pablo como para pasar por alto este año. Ya se realizaron ahora los primeros cursos de ejercicios espirituales sobre el año paulino y se han planeado otros para los próximos meses. La invitación para viajar a Roma (desde Alemania) está orientada por la idea de seguir allá las huellas de San
Pablo.




--Usted ha editado un libro para el año paulino, con textos escogidos del Padre Kentenich sobre San Pablo y su misión. ¿Cuál fue para usted personalmente el descubrimiento más interesante al estudiar estos textos?




--Detrás de la decisión de editar un libro para el año paulino con textos escogidos de nuestro Fundador, está la observación de que nuestro padre y fundador ha citado a San Pablo con mucho gusto y frecuentemente. Jamás
me hubiera imaginado que en la sección del Instituto Josef Kentenich encontraríamos unos 1200 textos en donde se lo menciona a San Pablo. Tampoco había notado antes cuán frecuentemente el Padre Kentenich invita justamente a seguir la escuela de San Pablo. Este es el título de la recopilación de textos y ha sido pensado como una invitación de nuestro padre que quiero continuar ofreciendo durante este año. Me resultó muy interesante ver con cuanta consecuencia nuestro fundador ha elaborado y desarrollado, paso a paso con San Pablo, los temas más importantes de su espiritualidad. Él siguió realmente la escuela del apóstol Pablo. Además hay una profunda semejanza en el destino de ambos. Por eso el alias "Paulus" no fue elegido sin fundamento por el Padre Kentenich en el campo de concentración.




--¿En qué áreas se inspiró especialmente el Padre Kentenich del mensaje de San Pablo?




--Nuestro fundador ha elaborado toda clase de temas a partir de San Pablo. Por ejemplo, su abarcativa comprensión de la libertad, enriquecida con la idea paulina de la libertad de los hijos de Dios. Aquí se podría mencionar su gran proyecto de la fe práctica en la Divina Providencia, que descubrió y tomó de la expresión "puerta abierta" de San Pablo. También está la amplia riqueza de ideas sobre la "incorporación en Cristo" y "el hombre nuevo en Cristo", que desarrolló y transmitió a partir del pensamiento de San Pablo. Si Ud. quiere encontrar aún más áreas de la espiritualidad del padre Kentenich tomadas de San Pablo, puedo recomendarle que examine la estructura de la recopilación de textos para el año paulino que mencioné más arriba. Está en marcha la
traducción al inglés, portugués y castellano.




--¿Qué espera personalmente de este año paulino para la Iglesia para Schoenstatt?




Espero de este año paulino una inspiración original para nosotros, como cristianos y como schoenstattianos. Lo que me fascina de San Pablo es que pudo traducir tan originalmente en palabras su relación con Cristo.
Para ello encontró palabras nuevas y llenas de energía. Vivió de la certeza de que Cristo se había entregado por él y lo amaba a él. Vivía de la convicción: Cristo vive en mí y yo vivo en Cristo. Se transformó en un testigo y mensajero comprometido, un verdadero hombre apostólico que recorrió apresuradamente el mundo entonces conocido y comenzó a
evangelizarlo. Que a nuestro Fundador lo moviera desde el principio la idea de regalar a la Iglesia una nueva fuerza apostólica, se le debe a San Pablo. Schoenstatt y la Iglesia necesitan este ímpetu apostólico y evangelizador para encontrar el camino al futuro. En este sentido el año paulino es una oportunidad y una gracia.



Entrevista con monseñor Peter Wolf, director general de los sacerdotes diocesanos

BERLÍN, viernes, 27 julio 2008 (ZENIT.org).- El 28 de junio, víspera de la fiesta de San Pedro y San Pablo, se abrirá el año paulino en Roma y en las Iglesias locales. También en Schoenstatt habrá una celebración en la que dará un testimonio de Michael Brand, diputado de la cámara baja del parlamento alemán.

Lo ha titulado "Con San Pablo en el Areópago. Fe y vida pública". Monseñor Peter Wolf es uno de los organizadores de esta vigilia de apertura.

Hemos conversado sobre el significado del año paulino con monseñor Wolf, director general del Instituto de los Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt.

Alemán, nacido en 1947, el prelado tiene un doctorado en teología y es autor de varios libros sobre la oración, temas bíblicas, y la misión pos-conciliar de la iglesia. Tambien es conocido por sus amplios estudios de la herencia teológica del Padre Josef Kentenich, fundador de Schoenstatt.

--En la víspera de la fiesta de los apóstoles Pedro y Pablo se abrirá el año paulino. ¿Qué significa para la Iglesia este año dedicado a San Pablo?




--Hace ya un año que el Santo Padre Benedicto XVI ha invitado a celebrar un año del apóstol Pablo. El motivo es recordar los dos mil años del nacimiento del apóstol de las gentes, que según se ha investigado, ocurrió entre 7 y 10 años después del de Cristo. Con San Pablo, la Iglesia recuerda y celebra un testigo y heraldo decisivo de sus comienzos. En la víspera de la fiesta de San Pedro y San Pablo, el Santo Padre abrirá solemnemente el año jubilar en la basílica de San Pablo Extramuros. En esta vigilia festiva encenderá una llama en la tumba del apóstol, la que deberá arder durante todo este año. Además se ha pensado en no abrir la "Puerta santa" de los años santos, sino la que está enfrente: la "Puerta ecuménica".




--También en Schoenstatt habrá una ceremonia de apertura del año paulino. ¿Qué vinculación tiene Schoenstatt con el apóstol de las gentes y por qué es importante para Schoenstatt celebrar adecuadamente este año paulino?




--Como Movimiento apostólico, Schoenstatt está vinculado desde el principio con el apóstol de las gentes. Ya los primeros estatutos de la Congregación mariana y también los de la Federación apostólica mencionan a San Pablo como patrono. Desde 1935 la expresión visible de esto son las estatuas de los apóstoles que desde entonces adornan el altar del Santuario, y que actualmente se encuentran en todos los Santuarios filiales del mundo.




--¿Qué forma se le ha dado a la ceremonia de apertura del año paulino en Schoenstatt, y en cuales otras áreas pondrá Schoenstatt el acento en el sentido de este año dedicado a San Pablo?




--Una hora y media después de la celebración en Roma, a las 19.30, comenzará en Schoenstatt el año paulino con una solemne vigilia en la
Iglesia de los peregrinos. El director del Movimiento ha invitado a dar
un testimonio al Sr. Michael Brand, diputado de la cámara baja del parlamento alemán, que es un cristiano comprometido en el área de la vida pública. Yo debo expresar, del lado de Schoenstatt, lo que significó San Pablo para nuestro Fundador. Como símbolo de esta apertura del año paulino, durante la celebración se encenderá un gran cirio ante una imagen del apóstol de las gentes. Estoy convencido que el Movimiento internacional de Schoenstatt aceptará -- en muchos lugares - la invitación del Santo Padre para celebrar este año paulino. El Movimiento lleva en la sangre demasiado del ideario de San Pablo como para pasar por alto este año. Ya se realizaron ahora los primeros cursos de ejercicios espirituales sobre el año paulino y se han planeado otros para los próximos meses. La invitación para viajar a Roma (desde Alemania) está orientada por la idea de seguir allá las huellas de San
Pablo.




--Usted ha editado un libro para el año paulino, con textos escogidos del Padre Kentenich sobre San Pablo y su misión. ¿Cuál fue para usted personalmente el descubrimiento más interesante al estudiar estos textos?




--Detrás de la decisión de editar un libro para el año paulino con textos escogidos de nuestro Fundador, está la observación de que nuestro padre y fundador ha citado a San Pablo con mucho gusto y frecuentemente. Jamás
me hubiera imaginado que en la sección del Instituto Josef Kentenich encontraríamos unos 1200 textos en donde se lo menciona a San Pablo. Tampoco había notado antes cuán frecuentemente el Padre Kentenich invita justamente a seguir la escuela de San Pablo. Este es el título de la recopilación de textos y ha sido pensado como una invitación de nuestro padre que quiero continuar ofreciendo durante este año. Me resultó muy interesante ver con cuanta consecuencia nuestro fundador ha elaborado y desarrollado, paso a paso con San Pablo, los temas más importantes de su espiritualidad. Él siguió realmente la escuela del apóstol Pablo. Además hay una profunda semejanza en el destino de ambos. Por eso el alias "Paulus" no fue elegido sin fundamento por el Padre Kentenich en el campo de concentración.




--¿En qué áreas se inspiró especialmente el Padre Kentenich del mensaje de San Pablo?




--Nuestro fundador ha elaborado toda clase de temas a partir de San Pablo. Por ejemplo, su abarcativa comprensión de la libertad, enriquecida con la idea paulina de la libertad de los hijos de Dios. Aquí se podría mencionar su gran proyecto de la fe práctica en la Divina Providencia, que descubrió y tomó de la expresión "puerta abierta" de San Pablo. También está la amplia riqueza de ideas sobre la "incorporación en Cristo" y "el hombre nuevo en Cristo", que desarrolló y transmitió a partir del pensamiento de San Pablo. Si Ud. quiere encontrar aún más áreas de la espiritualidad del padre Kentenich tomadas de San Pablo, puedo recomendarle que examine la estructura de la recopilación de textos para el año paulino que mencioné más arriba. Está en marcha la
traducción al inglés, portugués y castellano.




--¿Qué espera personalmente de este año paulino para la Iglesia para Schoenstatt?




Espero de este año paulino una inspiración original para nosotros, como cristianos y como schoenstattianos. Lo que me fascina de San Pablo es que pudo traducir tan originalmente en palabras su relación con Cristo.
Para ello encontró palabras nuevas y llenas de energía. Vivió de la certeza de que Cristo se había entregado por él y lo amaba a él. Vivía de la convicción: Cristo vive en mí y yo vivo en Cristo. Se transformó en un testigo y mensajero comprometido, un verdadero hombre apostólico que recorrió apresuradamente el mundo entonces conocido y comenzó a
evangelizarlo. Que a nuestro Fundador lo moviera desde el principio la idea de regalar a la Iglesia una nueva fuerza apostólica, se le debe a San Pablo. Schoenstatt y la Iglesia necesitan este ímpetu apostólico y evangelizador para encontrar el camino al futuro. En este sentido el año paulino es una oportunidad y una gracia.